La Plaza del Triunfo
Sevilla es una ciudad que posee uno de los tres cascos históricos más grandes de Europa. Si a esto unimos el hecho de que es una ciudad con casi 3000 años de antigüedad, es lógico pensar que se respira historia en cualquier rincón que visitemos.
Esta Plaza cuyo nombre titula el artículo no iba a ser menos.
Plaza del Triunfo
Situada en un enclave privilegiado dentro del casco histórico de Sevilla está rodeada por algunos de los monumentos más importantes que tenemos en la ciudad, todos ellos declarados Patrimonio de la Humanidad:
Así, en el lado Norte podemos ver las fachadas renacentistas de la Catedral de Sevilla (En el interior de la Catedral esta fachada se corresponde con la Sacristía Mayor y con el ábside de la Catedral).
En su lado Sur podemos ver las murallas de los Reales Alcázares de Sevilla incluida la puerta que da acceso al Patio de Banderas.
En su lado Este podemos ver el edificio que conocemos en la actualidad como Casa de la Provincia (Este edificio es la antigua Diputación Provincial y antes de eso fue una antigua institución hospitalaria) así como una pequeña parte del Convento de la Anunciación.
Y por fin en el lado Oeste podemos ver la parte trasera del Archivo General de Indias.
Este abierto espacio ha tenido varios nombres a lo largo de su historia, algunos de los cuales se han perdido con el paso de los siglos, pero varios de los nombres que conocemos para la Plaza tienen en común haber adoptado el nombre de los edificios que la rodean.
El nombre más antiguo que conocemos es el de Plaza del Alcázar, nombre que se le dio por estar situada justo al lado de las murallas de dicho edificio.
Posteriormente, pasó a llamarse Plaza del Corral de los Olmos porque hasta el siglo XVIII existió un edificio, que era la sede del cabildo catedralicio, conocido como "Corral de los Olmos" que abarcaba un amplio espacio desde la Plaza Virgen de los Reyes hasta este lugar (Si se precisa más información sobre este edificio recomendamos leer el artículo de este mismo blog titulado"8 curiosidades de Sevilla que puedes ver paseando por sus calles" , ya que en la descripción de la sexta de las curiosidades se habla de la historia de dicho edificio).
También tuvo el nombre de Plaza del Hospital del Rey, puesto que desde el siglo XIV existió un hospital con el nombre de Hospital de Nuestra Señora del Pilar que estuvo abierto hasta 1794. El edificio cayó en un profundo estado de abandono que acabó cuando fue adquirido por Doña María Andrea Díaz de la Barrera para uso como vivienda particular.
Por fin, en el año 1927, el edificio fue adquirido por la Diputación Provincial de Sevilla, institución que estuvo ubicada en este lugar hasta que cambió su ubicación en 1999, convirtiendo el edificio en Casa de la Provincia.
Antes de ser hospital, en su inicio, fue una hospedería para los peregrinos que llegaban a la ciudad (Finales del siglo XIII y principios del XIV), hospedería que luego se convertiría en un asilo para pobres y posteriormente en el hospital mencionado.
Se llamó posteriormente Plaza de la Lonja en honor a la Lonja de los Mercaderes, nombre primitivo del actual Archivo General de Indias.
Por fin y sobre mitad del siglo XIX (Algunos autores citan la cifra de 1845) los ciudadanos de Sevilla la empiezan a llamar Plaza del Triunfo porque en el centro de la Plaza había un monumento que representaba el triunfo de la Religión y la Fe, monumento que se irguió tras el terrible terremoto de Lisboa del día uno de noviembre de 1755 que produjo importantes daños en la ciudad y en algunos de sus monumentos.
Cuando llegó a España la Primera República a España en 1931, se le volvió a cambiar el nombre para pasar a llamarse Plaza del Triunfo de la República. El nombre de Plaza del Triunfo se le restauró a partir del año 1936 cuando entraron las tropas de Queipo de Llano en la ciudad expulsando al ejército republicano.
Hay que comentar una curiosidad y es que en el año 1892, coincidiendo con el cuatrocientos aniversario del descubrimiento de América hubo una propuesta consistente en llamarla Plaza de Cristóbal Colón, aunque finalmente esta propuesta no fructificó.
Hay otra curiosidad en cuanto al uso que se le dio a esta plaza a principios del siglo XV y que fue consecuencia del nacimiento en las dependencias de los Reales Alcázares del Infante Don Juan, hijo primogénito de los Reyes Católicos (Ya hemos hablado de este Infante y su nacimiento en el artículo publicado en este mismo blog "Descubriendo los secretos del Palacio Mudéjar en el Real Alcázar de Sevilla").
Para celebrar dicho nacimiento se celebraron en el espacio que ocupa hoy la plaza el equivalente de lo que hoy llamamos corridas de toros.
En la actualidad podemos ver dos monumentos distintos en la Plaza.
El primero de estos monumentos se encuentra situado en el centro del espacio central que hay elevado sobre la calzada (Esta subida del nivel de la plaza se realizó en 1873) en el que se puede ver un monumento erigido en honor a la Inmaculada Concepción de María. El segundo monumento está dedicado a la Virgen del Patrocinio y está situado a espaldas del Archivo General de Indias.
Vamos a hablar de estos monumentos, empezando por el de la Virgen del Patrocinio.
Su origen está en el terremoto de Lisboa del día uno de noviembre de 1755. Dado la intensidad del mismo los daños que se deberían haber producido en la ciudad deberían haber sido muy elevados y sin embargo la realidad fue de algunas casas derribadas y de solo seis muertos, por lo que se empezó a pensar en la ciudad en levantar un homenaje al triunfo de la Fé dando por hecho que era lo que había evitado mayores daños en la ciudad.
Es un monumento que tiene unas gradas de tres escalones encima de los cuales hay una balaustrada de piedra con incrustaciones de mármol en colores rojo, blanco y negro.
Sobre todo el conjunto, en el centro, se levanta un templete con una imagen de la Virgen del Patrocinio en mármol blanco que está rematado por una cruz. Esta estatua es obra del escultor José Tomás Zambrano que la realizó en el año 1757.
En la parte delantera hay una lápida sobre fondo negro con una leyenda deteriorada por el tiempo y que actualmente es de difícil lectura, aunque podemos reproducir el texto íntegro. Lo reproducimos tal y como está literalmente escrito:
SÁBADO 1 DE NOVIEMBRE DEL AÑO 1755 A LA MAÑANA HUBO GENERAL PAVOROSO TERREMOTO EL QUE SE CREYO ASOLABA A LA CIUDAD Y SEPULTABA A SUS MORADORES A RUINA, PUES SE ESTREMECIERON VIOLENTAMENTE LOS EDIFICIOS CAYENDO ALGUNOS Y PARTE DE LAS IGLESIAS. EN LA PATRIARCAL CON ESPANTOSO HORROR LLOVIERON PIEDRAS DE SUS BOVEDAS CAIERON PILARES DE LO ELEVADO DE SU TORRE Y SALIENDO SIN NUMERO EL CONCURSO NADIE SALIO LASTIMADO.
EN TODA SEVILLA SOLAS SEIS PERSONAS PERECIERON, DEVIENDO LAS DEMAS SUS VIDAS Y LA CIUDAD SU CONSISTENCIA AL PATROCINIO DE LA QUE ES MADRE DE DIOS Y MISERICORDIA, MADRE STMA., EN CUYO HONOR Y PERPETUO AGRADECIDO MONUMENTO MANDARON LOS ILTMOS. SS. DEAN Y CABILDO ERIGIR ESTE TRIUMPHO EN EL SITIO MISMO QUE SE DIXO LA MISA Y CANTO LA SEXTA DE AQUEL DIA
El segundo monumento que podemos ver en la plaza, como ya hemos comentado, fue erigido en honor a la Inmaculada Concepción de María.
Es un monumento que tiene a su espalda la Casa de la Provincia, de frente la parte trasera del Archivo General de Indias, a su derecha la Catedral de Sevilla y a su izquierda las murallas de los Reales Alcázares.
Como es sabido la ciudad de Sevilla declaró a principios del siglo XVII la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción de María (De hecho, en la procesión de la Hermandad del Silencio que tiene lugar en la Madrugada del Viernes de la Semana Santa sevillana, a ambos lados de la bandera concepcionista van un nazareno con una espada y otro con un pequeño cirio, puesto que esta Hermandad, fundada en 1340, juró defender a "sangre (La espada) y a fuego (El cirio)" el dogma concepcionista).
Tan arraigado estaba este sentimiento en los habitantes de la ciudad que todos los años y de forma espontánea se celebraban fiestas en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen.
Sin embargo, no fue hasta el 8 de diciembre de 1854 cuando el Papa Pío IX lo declaró "Dogma de Fé".
La idea inicial de levantar este monumento parte del año 1900 bajo idea del entonces arzobispo de Sevilla Don Marcelo Spínola y Maestre (1835 - 1906) que quería levantar en Sevilla un monumento a la Virgen María para perpetuar en la ciudad la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción de María.
Desde el citado año de 1900 se estuvieron estudiando varios emplazamientos en la ciudad, aunque no fue hasta el año 1918 cuando el canónigo de la Catedral José Sebastian Bandarán (Que se hizo cargo del proyecto a la muerte del Cardenal Spínola) tomó la decisión de que se colocara en el centro de este espacio, en el lugar en el que hoy podemos verlo (Ya hay un artículo relativo a José Sebastian Bandarán en este mismo blog en el artículo titulado "Historias y leyendas del barrio de Santa Cruz"). Finalmente, el monumento fue bendecido el día 8 de diciembre de 1918 por el Arzobispo Enrique Almaraz y Santos.
A la ubicación definitiva del monumento ayudó el hecho de que en la ciudad se estaban preparando todos los actos para la celebración de la Exposición Iberoamericana Sevilla-Barcelona de 1929, y se estaba realizando una importante reurbanización de la ciudad en general y de esta zona en particular, ya que justo al lado se estaba edificando el actual barrio de Santa Cruz, porque se quería exponer a los visitantes un típico barrio andaluz, un barrio de calles estrechas y de paredes blancas.
El arquitecto al que se le encarga toda la reurbanización no solo de esta zona, sino también de las aledañas fue Juan Talavera y Heredia que empezó la obra en el año de 1917.
El escultor al que se le encargó la realización de la estatua fue Lorenzo Coullaut Varela, que para esculpir la estatua se inspiró en un cuadro real de Bartolomé Esteban Murillo que existe en el Hospital de los Venerables en el cercano barrio de Santa Cruz (Lorenzo Coullaut Varela nació en la localidad sevillana de Marchena y fué el escultor autor del monumento a Gustavo Adolfo Bécquer en una glorieta del Parque de María Luisa, así como de numerosas estatuas que estuvieron colocadas en diversas glorietas de la Exposición Iberoamericana de 1929).
En la parte inferior del monumento hay unos escalones sobre los que podemos ver orientados a los puntos cardinales las figuras en mármol de cuatro ilustres sevillanos, todos los cuales se habían destacado especialmente en la defensa del dogma concepcionista. Así podemos ver:
- Orientado al Norte (De cara a la Catedral) podemos ver la estatua del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1618 - Sevilla 1682).
- Orientado al Sur (De cara a las murallas de los Reales Alcázares), tenemos al escultor Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real o Jaén 1568 - Sevilla 1649).
- Orientado al Este (De cara a la Casa de la Provincia), está la figura del poeta Miguel Cid (Sevilla 1550 - Sevilla 1615).
- Orientado al Oeste (De cara al Archivo General de Indias), tenemos la escultura del teólogo jesuita Juan de Pineda (Sevilla 1558 . Sevilla 1637).
Si se observa la foto de la escultura de la Inmaculada Concepción, podemos ver que hay un resalte de mármol bajo la estatua. Pues bien, bajo ese resalte, en los cuatro lados se puede leer la siguiente inscripción:
REGINA - SINE - LABE - CONCEPTA (Reina sin pecado concebida)
Por último, cabe decir que en la madrugada del 8 de Diciembre de 1927 jóvenes estudiantes fueron a la Plaza para cantar a la Virgen, festejar el dogma y hacer pública profesión de su Fe.
Ese hecho se empezó a repetir año tras año y en la actualidad todas las madrugadas del día 8 de Diciembre acuden a la Plaza las tunas de todas las facultades universitarias de Sevilla para cantarle a la Inmaculada, en un acto que se ha convertido en multitudinario con el paso de los años.
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