La influencia sevillana en el escudo de Santander
¿Conoce el lector como es el escudo de la ciudad de Santander?. ¿Sabe el lector que en el escudo de Santander podemos ver a la Torre del Oro sevillana, una carabela, unas cadenas y las cabezas de dos Santos?.
¿Qué hace la Torre del Oro sevillana en ese escudo?. Vamos a intentar aclarar esa cuestión.
Cuando Fernando IIIª puso cerco a la ciudad en el mes de Agosto de 1247 se encontró con una fuerte resistencia, ya que la ciudad estaba mejor defendida de lo que en un principio se había pensado, no solo por el número de defensores (Hay artículos que citan hasta 12.000 defensores) sino por la fuerza de las murallas de la ciudad, ya que las murallas sevillanas aparte de que cubrían un perímetro de 7.300 metros de longitud tenían hasta 2,50 metros de anchura. Incluso había una zona de la muralla que tenía una barbacana, es decir, que tenía una doble muralla con la delantera más baja que la trasera (Este trozo de la muralla estaba situado entre la Puerta de la Macarena y la Puerta de la Carne).
De hecho, la ciudad de Sevilla era en aquella época la ciudad más grande, la de mayor tamaño, a la que los ejércitos cristianos habían puesto nunca cerco (En aquella época la ciudad de Sevilla era más grande que Toledo, Jaén o Córdoba ciudades que ya estaban en manos cristianas).
No obstante, esta muralla tenía una parte más vulnerable que era la zona comprendida entre la Torre del Oro y el actual Puente de Triana, zona conocida como barrio del Arenal, cuyo nombre viene del extenso arenal que había desde la muralla hasta el río Guadalquivir. De hecho, allí estaba ubicada una zona del puerto de Sevilla por la que se descargaban las mercancías que llegaban a la ciudad a través del río.
Dado que los musulmanes sabían que aquella era la zona más vulnerable de la muralla protegieron la zona en ambos extremos.
Hacia el extremo Norte y a la altura del actual puente de Triana, situada en la orilla opuesta a la ciudad se construyó una potente construcción defensiva. Es lo que en siglos posteriores se llamaría Castillo de San Jorge y que sería sede de la Orden de la Inquisición hasta la disolución de dicha Orden en 1808. Esta potente construcción protegía el puente de barcos existente en esa zona, de orilla a orilla, y que fué la única forma de cruzar el río durante casi siete siglos (En concreto, desde el 7 de Octubre de 1171 hasta el 23 de Febrero de 1852).
Para más información sobre este puente, remitimos al lector al artículo de este mismo blog titulado "5 curiosidades de Sevilla que puedes ver paseando por sus calles (Parte 2)". Por este puente entraban en la ciudad las provisiones que venían desde el cercano Aljarafe.
Hacia el Sur y a la altura de la Torre del Oro los musulmanes habían colocado en paralelo una serie de barcos, de orilla a orilla, unidos entre sí por una gruesa cadena para evitar el paso de los barcos de la flota castellana.
Conocedores los cristianos de que la parte más vulnerable de la muralla estaba en esta zona, intentaron en varias ocasiones el asalto por aquí, encontrando una feroz resistencia ya que los musulmanes utilizaban barcos en llamas que lanzaban contra la flota cristiana cuando ésta intentaba acercarse. Ese hecho, unido al lanzamiento de flechas y otros proyectiles desde la Torre del Oro o desde el castillo situado en la orilla trianera, hacían muy difícil el acceso cristiano.
Fernando IIIº mandó llamar a Ramón Bonifaz y Camargo (¿Burgos o Sur de Francia 1196? - Burgos 1256) que era un hábil marino y comerciante al que el Rey había encargado formar una armada en la costa Norte de Castilla, concretamente en las localidades de Santander y Santoña.
La misión que el Rey le encargó, aparte de construir esa flota, era la de llegar hasta Sevilla bordeando la costa Oeste de España, llegar al Guadalquivir y subir por él hasta Sevilla con objeto de atacar con toda una flota el puente de barcas de la Torre del Oro. Según las crónicas, la flota castellana estaba formada por seis galeras (Movidas a remo) y por trece naves menores (Movidas a vela).
A esta flota se añadieron otras tres galeras que Bonifaz capturó en una batalla naval, previa, que hubo en la desembocadura del Guadalquivir contra una flota musulmana que protegía esa entrada hacia Sevilla.
Cuenta la historia que el día 3 de Mayo de 1248, Ramón Bonifaz preparó los dos barcos más grandes de la flota, los cargó con objetos pesados para incrementar su fortaleza, instaló sendos arietes en sus proas y aprovechando la marea alta y un viento favorable, junto con los marinos santanderinos que le habían acompañado, atacó el puente de barcas.
Cuenta la historia de que el primer barco se incrustó en el puente de barcas sin lograr romperlo, mientras que el segundo barco (mandado por el propio Ramón Bonifaz) logró partir el puente, atravesándolo. Las crónicas afirman que la lucha fué muy encarnizada, aunque al final los soldados castellanos no solo rompieron la cadena sino que lograron prender fuego a los barcos que formaban el puente.
Gracias a este hecho, la flota castellana pudo acceder con las tropas cristianas hasta el Arenal, logrando que el 23 de Noviembre, día de San Clemente, el caid Axataf saliera de la ciudad por la Puerta del Carbón, para capitular ante Fernando IIIº.
En agradecimiento y también como homenaje al valor de los marinos santanderinos que habían logrado romper el puente de barcas, el Rey mandó que desde ese momento, el escudo de la ciudad de Santander fuera el que podemos ver en la actualidad: La Torre del Oro sevillana, una carabela, unas cadenas rotas y las cabezas de los Santos patronos de la ciudad San Emeterio y San Celedonio, mártires que fueron decapitados durante la persecución de los cristianos por parte del Emperador romano Diocleciano entre los años 303 y 311 de nuestra era.
Motivos similares podemos encontrarlos en los escudos de otras localidades santanderinas como Ribadedeva, Castrillón o Avilés.
Hay una estatua de Ramón Bonifaz en Sevilla y más concretamente en la Plaza Nueva, ya que en el centro de dicha Plaza hay una estatua del rey Fernando IIIº al pié de la cual podemos ver las estatuas de cuatro personajes de la época de Fernando IIIº, uno de los cuales es Ramón Bonifaz al que podemos ver con unas cadenas en las manos, símbolo de la cadena rota en el puente de barcas.
Para más información recomendamos la lectura del artículo publicado en el mismo blog, bajo el título "¿Qué ver en la Plaza Nueva de Sevilla?.
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