La Capilla de San Onofre y su fantasma

 Estamos ante una Capilla que junto con el arquillo del Ayuntamiento de Sevilla son los únicos restos visibles que quedan de la Casa Grande de San Francisco, aunque dentro del mismo Ayuntamiento de Sevilla se puedan ver algunos muros originales de dicha Casa Grande y que están integrados formando parte de los propios muros interiores del propio Ayuntamiento.

Sobre la Casa Grande San Francisco ya hemos escrito en otro artículo de este mismo blog titulado "Plaza Nueva"

          Esta Capilla en la época en la que formaba parte de Casa Grande de San Francisco, en 1520, era conocida como Capilla de las Ánimas porque en ella estaba ubicada  una hermandad católica de ánimas que veneraba a los santos San Onofre, San Francisco y San Roque (Una hermandad de ánimas era una hermandad dedicada a rezar por las almas del Purgatorio). 

          En la actualidad la entrada a esta Capilla pasa casi desapercibida al estar totalmente integrada en la fachada del edificio y no tener más signos visibles al exterior de su existencia que un óvalo en el que se informa de su nombre y de la fecha de su construcción (Siglo XVII) y también por una placa rectangular, vertical, en la que se informa que en esta Capilla está la Adoración Eucarística Perpetua (Desde el 20 de Noviembre de 2005), por la cual unos 600 voluntarios acuden a esta Capilla, en turnos de una hora semanal cada uno, para que la Sagrada Forma no esté nunca sola, ya que la Capilla está abierta las 24 horas del día. 

Puerta con el ovalo y la placa 1 De Sevilla...Lo Mejor!

          Hay una curiosa leyenda de un suceso, supuestamente, ocurrido en esta Capilla:

          Cuenta la leyenda de que un caballero llamado Juan de Torres, que pertenecía a una familia acaudalada e importante de Sevilla (Era tan importante que su apellido daba nombre a la C/. Torres cercana a la actual C/. Feria) era de vida disipada y licenciosa. Sigue contando la leyenda que este caballero en un determinado momento se arrepintió de dicha vida y solicitó entrar en calidad de lego para ayudar en las labores de la Casa Grande San Francisco.

          Cuenta la leyenda de que le gustaba ir a esta Capilla de San Onofre cuando llegaba la noche y había terminado los trabajos que le habían encomendado, con objeto de rezar y buscar la paz de su espíritu.

          Pues bien, cuando estaba rezando en la noche del día 2 de Noviembre, festividad de las Ánimas Benditas, vio entrar en la Capilla a un fraile que se metía en la sacristía de la Capilla y, al poco, salía vestido para oficiar la Santa Misa con un cáliz en la mano. El fraile depositó el cáliz sobre el altar, se volvió hacia la iglesia, suspiró, se volvió nuevamente hacia el altar, recogió el cáliz y sin oficiar la Santa Misa se retiró de nuevo a la Sacristía. Volvió a salir, vestido otra vez con el hábito de la Orden franciscana y se marchó por donde mismo había entrado.

          Exactamente, el mismo suceso ocurrió en las dos noches siguientes ante la evidente extrañeza de Juan de Torres que no entendía nada de lo que ocurría. Por todo ello, fue a ver al Prior del convento y le contó lo que le había ocurrido.

          Cuando el Prior le escuchó, le dijo: "Si vuelve a ocurrir lo mismo, acércate a ese fraile y dile que le quieres ayudar a celebrar la Santa Misa". 

          La noche siguiente, Juan de Torres volvió a la Capilla y cuando nuevamente apareció el misterioso fraile se acercó a él y le preguntó: "¿Quiere su paternidad que le ayude a decir Misa?". 

          El misterioso fraile le contestó con la fórmula inicial de la Santa Misa pero cambiando algunas palabras. Así, en lugar de decir:

 "Introibo ad altare Dei, ad deum qui laetificat juventutem meam" (Traducción del latín: "Me acercaré al altar de Dios, el Dios que alegra mi juventud")

          Lo que dijo fue:

 "Introibo ad altare Dei, ad deum qui laetificat mortem meam" (Traducción del latín: "Me acercaré al altar de Dios, el Dios que alegra mi muerte").

          Lógicamente, en ese momento, Juan de Torres ya sabía que estaba ante una aparición fantasmal pero haciendo de tripas corazón continuó ayudándole a oficiar la Santa Misa. Al acabar la celebración, el fraile volvió a despojarse de los ornamentos sagrados y volviéndose hacia Juan de Torres le dijo:

 "Gracias hermano, por el gran favor que le habéis hecho a mi alma. Yo fuí un fraile de este Convento, que por negligencia dejé de oficiar una misa de difuntos que me habían encargado. Morí sin cumplir con esa obligación y por ese motivo Dios Nuestro Señor me castigó a permanecer en el Purgatorio, sin subir al Cielo, hasta que no saldara la deuda contraída  Durante todos los días del de Noviembre he venido, desde hace ya más de un siglo, para intentar que alguien me ayudara a oficiar esa Misa".

          Tras decir estas palabras, el fraile desapareció y no se ha vuelto a detectar su presencia.

          Esta capilla tuvo en su origen, según las crónicas que se conservan, un pequeño hospital, una sacristía y una sala para el sacerdote que decía Misas en ella. A día de hoy se conservan, además del retablo principal, otros cuatro retablos (A San Onofre, a San Laureano, a las Ánimas Benditas y a la Virgen de la Candelaria) y algunas pinturas originales de la Capilla.

          El magnífico retablo principal es obra de Bernardo Simón de Pineda que lo realizó entre los años 1678 y 1682. Lo preside, en el centro, una maravillosa talla de la Inmaculada Concepción de María, flanqueada por sendas esculturas de San Fernando y de San Hermenegildo que están atribuidas al escultor Pedro Roldán. Delante de la imagen de la Inmaculada Concepción se encuentra la custodia con la Sagrada Forma, en exposición permanente. 

Retablo principal. Delante la Sagrada Forma en adoración perpetua

          El retablo dedicado al titular de la Capilla, San Onofre, es una obra realizada a medias entre Juan Martínez Montañés que se encargó de la carpintería del retablo y el pintor Francisco Pacheco que se encargó de la policromía y de las pinturas que decoran el retablo.

          También hay un relieve de la Santísima Trinidad que se piensa que formó parte de un conjunto mayor. También podemos ver un cuadro en el que se representa a la mejicana Virgen de Guadalupe, del siglo XVII, realizado por Juan Correa.

También te puede interesar otros artículos parecidos a La Capilla de San Onofre y su fantasma en nuestra categoría Qué Ver.

También te interesa:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tu puntuación: Útil

Subir