5 Curiosidades que puedes ver paseando por Sevilla (Parte 2)
En otro artículo de este mismo blog mencionamos 8 curiosidades de la ciudad de Sevilla que podemos ver con solo pasear por sus calles y que cuentan historias vivas de la ciudad.
En este artículo vamos a seguir con la misma tónica y vamos a recrear/recordar nuevas curiosidades de la Historia de la ciudad que, como muchas otras cosas, están a la vista de cualquiera.
1.- Puente de Barcas
Cuando Fernando IIIº "El Santo" conquistó la ciudad en el año 1248 se encontró con una fuerte resistencia musulmana a la altura de lo que hoy es el Puente de Isabel IIº (Popularmente conocido como Puente de Triana), fuerte resistencia no solo por la existencia del castillo musulmán situado en la orilla de Triana (Este castillo fué ocupado, tras rehabilitarlo, por la Inquisición en el año de 1481, siendo conocido desde entonces como Castillo de San Jorge), sino por la existencia a nivel de río de un puente de barcas inaugurado el 9 de Octubre de 1171 y que fué mandado construir por el Califa almohade Abú Yakub Yussuf, el mismo que mandó construir el alminar de la ciudad que luego se transformaría en la actual Giralda en 1184.
Hasta su construcción, para pasar de la orilla musulmana de Tir-Yana (Nombre musulmán que tenía el barrio de Triana en aquella época) a la orilla musulmana de Ishbiliya (Nombre musulmán de la ciudad en aquella época) solo se podía hacer mediante barcos o barcazas.
Cuenta la historia que este puente estaba constituido por una serie de barcos colocados en paralelo entre sí, unidos por vigas de madera, anclados todos ellos al fondo del Guadalquivir y sobre los que había una gran plataforma de madera para el tránsito de personas y carruajes de una orilla a la otra.
Este puente de barcas fue la única conexión entre ambas orillas hasta que el 23 de Febrero de 1852 se inaugura el actual Puente de Isabel IIº, conocido popularmente como Puente de Triana y que está hecho a imagen del Puente del Carrusel que está en el Río Sena en la ciudad de París.
Estamos hablando, por tanto, de un puente de barcas que estuvo en funcionamiento durante casi 700 años, como se recuerda en un azulejo colocado en la fachada del actual Mercado de Abastos de Triana, Mercado construido encima del lugar donde estuvo el ya citado Castillo de San Jorge, que estaba abandonado y que fue demolido por su deteriorado estado a principios del siglo XIX.
Una curiosidad más que mencionaremos del puente de barcas afecta a la Semana de Santa de Sevilla y a las hermandades situadas en la orilla trianera.
Hasta el día 9 de Abril del año 1830 las hermandades de Triana no iban hasta la Catedral de Sevilla como el resto de hermandades de la Semana Santa sevillana.
En su lugar, las hermandades trianeras procesionaban hasta la iglesia de Santa Ana, en la misma Triana.
No obstante, el día indicado (9 de Abril de 1830) una Hermandad trianera, la Hermandad de la O, se atrevió por primera vez en la historia a cruzar el Río Guadalquivir por el Puente de Barcas para ir a la Catedral de Sevilla.
Ese gesto fué considerado una enorme temeridad en la época dada la gran fragilidad que tenía el puente.
De hecho, los dos pasos con las imágenes titulares de la Hermandad (Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la O Coronada) pasaron solos, sin nazarenos, por el temor al excesivo peso.
Incluso, cuenta la Historia, la Virgen pasó sin su palio para disminuir el peso.
2.- Cruz de la Inquisición
También merece la pena destacar algunas curiosidades del Ayuntamiento de Sevilla.
En la fachada trasera del Ayuntamiento de Sevilla, la que da a la Plaza de San Francisco, en un recodo que hay al lado del Arquillo en lo que sería el cruce del Arquillo y la Sala Capitular del Ayuntamiento se encuentra una cruz conocida como "Cruz de la Inquisición".
También es conocida con el nombre de "Cruz de la siete cabezas" en alusión a las siete cabezas de querubines que hay en ella.
La cruz original era una cruz lisa, pero como la fachada del Ayuntamiento era de estilo plateresco se hizo una nueva cruz a la que se le añadieron las siete cabezas en 1903, de forma que encajara mejor en la estética de la fachada.
El objetivo de esta cruz es la conmemoración de la última persona que fue quemada en Sevilla por la Inquisición en lo que fue el último Auto de Fe celebrado en la ciudad por dicha institución, hecho que ocurrió concretamente en el año de 1781 (La Inquisición será abolida en España en 1834).
La última persona que se quemó en Sevilla por la Inquisición fue, curiosamente, una monja a la que se acusó de herejía.
No hay que pensar que estas quemas de personas se efectuaban también en la Plaza de San Francisco. Se hacían extramuros de la ciudad, en lo que hoy es el Prado de San Sebastián.
Esta Cruz fue objeto de un acto vandálico en 2019, por parte de una mujer con las facultades mentales alteradas y que, se pensó, estaba bajo los efectos del alcohol o de otras sustancias estupefacientes.
Ha sido restaurada y colocada de nuevo en su lugar en 2021.
3.- Arquillo del Ayuntamiento
En otro artículo de este mismo blog titulado "Las puertas principales de la muralla de Sevilla" hacemos alusión a una lápida de mármol situada en la esquina de la calle Maese Rodrigo con Puerta de Jerez en la que se empieza diciendo:
"HERCULES ME EDIFFICO / JUILIO CESAR ME CERCO"
(Citamos textual al texto grabado)
Pues bien, a estas dos figuras de la Historia (Una mitológica, otra real) se hace honor a ambos lados del Arquillo del Ayuntamiento de Sevilla.
En la foto que adjuntamos se ve a la derecha del Arco la figura de Julio César (Está históricamente comprobado que Julio César visitó la Híspalis romana en el año 47 A.C.) y a la izquierda (En sombra) la figura de Hércules, héroe mitológico legendario fundador de la ciudad.
En el terreno que hoy ocupa la Plaza Nueva, existió hasta principios del siglo XVI la Casa Grande de San Francisco, un enorme Convento del que se cuenta tenía hasta 17 capillas interiores (Hoy en día aún existe una de aquellas capillas, la Capilla de San Onofre, incrustada en la pared de viviendas y locales comerciales del lateral de la Plaza).
La puerta principal de entrada al Convento era, precisamente, el actual Arquillo. Incluso, dentro del propio Ayuntamiento de Sevilla se conservan muros originales del desaparecido Convento.
Como recuerdo del ya mencionado Convento y en la parte superior del arquillo se encuentran dos escudos de la Orden de los Franciscanos, como constancia y recordatorio del pasado de la Orden en Sevilla.
4.- Calle de la Luna
La actual calle "Escuelas Pías" se conocía hasta 1936 como "Calle de la Luna".
La más antigua referencia que se tiene sobre este nombre nos lleva al año 1665, año en el que se tiene constancia de que en dicha calle existía una llamada "Casa de la Luna", aunque no ha llegado a nuestros días el motivo del nombre o la actividad que en esa casa se realizaba
No obstante, como recuerdo de aquel nombre, debemos pararnos a la altura de la casa nº 19 ubicada en esta calle. Este edificio consta de planta baja, primera y segunda planta y azotea.
En la primera planta hay cinco balcones a la calle, encima de los cuales hay unos azulejos en colores blancos y verdes donde podemos observar en los dos balcones de la derecha las dos fases de la Luna creciente, en los dos balcones de la izquierda las dos fases de la Luna menguante y en el balcón central la Luna llena.
Paralela a esta Calle de la Luna está la Calle Sol, por lo que la calle que une ambas calles y que es la Calle Matahacas, se dice que es la calle más larga de Sevilla porque entras en ella desde el Sol y sales por la Luna (Guasa sevillana).
5.- El Vía Crucis en la Calle
Desde el año 1521 se instauró en Sevilla un piadoso Vía Crucis que se celebraba por las calles de Sevilla y que tenían su origen en el Palacio de los Duques de Medinaceli, conocido popularmente como Casa de Pilatos y que terminaba en el templete de la Cruz del Campo situado al final de la actual calle Luis Montoto.
Constancia de esta práctica podemos verla en el azulejo situado en la Plaza de Pilatos donde se da constancia de que el primer Vía Crucis se celebró en el citado 1521 y se siguió practicando hasta el año 1873 por diversas Hermandades de la ciudad. Adjuntamos foto de dicho azulejo.
Cuando el, entonces, Marqués de Tarifa viajó a Tierra Santa a principios del siglo XVI tuvo la idea, a su regreso a la ciudad, de instaurar este Vía Crucis que empezaba en su Palacio y que terminaba en el templete de la Cruz del Campo, extramuros de la ciudad, donde los viajeros que salían o entraban de la ciudad rezaban para pedir tener un buen viaje o para dar gracias por haberlo tenido.
La distancia entre el punto de salida y el punto de llegada era similar al camino recorrido por Jesucristo en su doloroso camino para ser crucificado, camino que partió desde el Pretorio de Poncio Pilatos en Jerusalén hasta el Gólgota.
Al partir el Vía Crucis desde el Palacio del Marqués de Tarifa, igual que Jesucristo partió del Pretorio de Pilatos, popularmente se le "adjudicó" el nombre de Casa de Pilatos al propio Palacio
(El nombre no se debe, como escuchó decir en una ocasión el propio autor de este artículo a uno de los cocheros que hay por las calles de Sevilla
"Es el lugar donde veraneaba Pilatos"
Mientras enseñaba el Palacio a unos turistas que iban en el citado coche de caballos: Barbaridad o guasa).
Dado que se trataba de un Vía Crucis, entre el Palacio y el templete se colocaron a intervalos regulares unos azulejos recordando las distintas estaciones de las que se compone un Vía Crucis tradicional. Mostramos fotos de dos de ellos correspondientes a las estaciones nº 2 y 3.
Una última curiosidad sobre este Vía Crucis:
En la Casa de Pilatos aún se conserva una de las 14 cruces de madera, originales, que el Marqués de Tarifa trajo desde Jerusalén en 1521 y que eran las cruces que acompañaban el Vía Crucis de 1521.
Esta cruz, que ha sido restaurada recientemente, está cedida por el actual Marqués de Medinaceli a la Hermandad del Cristo de la Corona la cual procesiona desde la Iglesia del Sagrario, anexa a la Catedral de Sevilla, en la tarde del Viernes de Dolores, siendo esta cruz la Cruz de Guía de la procesión.
Espero que os guste este artículo, donde seguimos mostrando la Historia de Sevilla que, cualquiera, puede ver con solo pasear, disfrutando, por sus calles.
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Muy curioso a la par que interesante todo lo q escribes
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