Calle Sierpes (Historia viva de Sevilla paseando por sus calles - Parte 7)
En una ciudad como Sevilla la cual, como ya hemos escrito en otros artículos de este mismo blog, se está acercando poco a poco a su trimilenario, es fácil encontrar historia viva de esta ciudad no sólo en sus monumentos y en el interior de los mismos, sino también paseando por sus calles a la luz del día.
Por eso, vamos a escribir un artículo sobre una de las calles más nombrada, más emblemática y más representativa de la ciudad como es la calle Sierpes, situada en pleno centro del casco histórico de Sevilla, centro histórico que está considerado como el mayor de Europa.

Hablamos de una calle casi recta, de unos 400 metros de longitud, con tramos de distintas anchuras y a cuyos lados se encuentran comercios tradicionales de la ciudad con muchos años de existencia (Hay alguno del siglo XIX, del que hablaremos más adelante), al lado de otros comercios más modernos y acordes con la realidad del siglo XXI en el que nos encontramos.
Es una calle que está situada entre la Plaza de la Campana (Así llamada porque en ella estuvo situado un edificio usado como almacén de bomberos y que disponía de una gran campana que sonaba para avisar a los ciudadanos de que había un incendio en la ciudad) y la Plaza de San Francisco, situada a espaldas del Ayuntamiento.
Origen y leyendas populares sobre la calle Sierpes
No se sabe con seguridad cuando se le dio su actual nombre. Lo que sí se conoce es que tras la conquista de la ciudad de Sevilla por parte de Fernando III en el año de 1248 se le dio el nombre de calle Espaderos por ubicarse en ella los comercios de los fabricantes de espadas y puñales.
La primera constancia escrita del nombre "Sierpes" aparece en un escrito de la época de los Reyes Católicos en el que aparece marcada con ambos nombres de Espaderos y de Sierpes.
No obstante, pasamos a comentar otros posibles orígenes algunos de ellos leyenda popular, algunos de ellos situaciones o personajes reales, que pudieron influir en su denominación actual.
Así, en ocasiones, se ha aludido a su trazado de forma serpenteante.
Se ha mencionado que en ella vivía un caballero llamado Álvaro Gil de las Sierpes de cuyo apellido tomó el nombre.
Se ha dicho que en esta calle había una taberna muy famosa en Sevilla que tenía en su portada una quijada de serpiente y los habitantes de la ciudad empezaron a citar la calle por dicha quijada.
Otra versión es que tomó el nombre de la Cruz de Cerrajería (También llamada Cruz de las Serpientes por las que hay en su forjado) que hoy se puede admirar en la Plaza de Santa Cruz y que en el año 1840 fue trasladada a dicha Plaza desde su ubicación en el cruce de Sierpes con Calle Rioja, lugar donde estuvo desde su instalación en el siglo XVII.
Por último existe una leyenda popular en la que se dice que a mitad del siglo XV empezaron a desaparecer niños en la ciudad sin que se descubrieran las causas pese al empeño de las autoridades, lo que hizo que florecieran leyendas populares sobre la causa de estas desapariciones (Raptos realizados por los judíos para prácticas religiosas prohibidas, moros para venderlos como esclavos, etc.).
Sigue contando la leyenda que se presentó en la casa del Comendador de la ciudad un hombre llamado Melchor de Quintana que había conseguido fugarse de la Cárcel Real (Situada en esta misma calle y de la que hablaremos más adelante) cavando un túnel hasta las alcantarillas (De origen romano) que pasaban por debajo de su celda.
Este hombre solicitó al Comendador su indulto a cambio de llevarlo a la causa de las desapariciones de niños.
Cuenta la leyenda que el Comendador, urgido por la falta de soluciones que tenía, accedió y acompañado de dos soldados y de un escribano bajó a las alcantarillas a través del túnel que había cavado Melchor de Quintana y se encontraron con una serpiente de unos 6 metros de longitud a la que Melchor había matado con un puñal.
Al ver varios esqueletos de niños a su alrededor entendieron que esa era la causa de las desapariciones.
Como el cadáver de la serpiente fue públicamente expuesto en la, entonces, Calle Espaderos, se terminó perdiendo dicho nombre y pasó a llamarse Calle de las Sierpes.
Cuenta la leyenda que Melchor de Quintana no sólo fue indultado, sino que la leyenda popular dice que terminó casándose con la propia hija del Comendador (¿Búsqueda popular de un final feliz?).
Hay que decir que a lo largo de la calle Sierpes pasaba uno de los brazos del río Guadalquivir, concretamente un brazo que venía desde la Alameda de Hércules, pasaba por las actuales calles Amor de Dios y Trajano y a través de calle Sierpes llegaba hasta la altura de la Puerta del Arenal, donde se unía al cauce principal del Guadalquivir.
Cuando aumentaba el cauce se colocaba una pasarela de madera sobre la que andaban los viandantes para no mojarse.
Tres Conventos sevillanos estuvieron ubicados en esta calle entre los siglos XVII y XVIII: Fueron el Convento de San Acacio (Ubicado en la esquina de calle Sierpes con calle Pedro Caravaca), el de Santa María de Pasión (Ubicado por detrás de lo que hoy es la Confitería de La Campana en la actual calle Rafael Padura) y el de Nuestra Señora de Consolación (Ubicado en la calle Rioja, pero con la puerta de entrada en calle Sierpes).
A día de hoy no existen ninguno de ellos, aunque tenemos que decir como curiosidad que en el Convento de San Acacio (Fundado en el siglo XVII) y que estaba regido por los padres agustinos estuvo establecida canónicamente la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso hasta 1703, año en el que esta Hermandad se trasladó a la iglesia de San Lorenzo donde permaneció la Hermandad hasta el año 1965, año en el que se trasladó a su propia iglesia (Hoy Basílica Menor) en la misma Plaza de San Lorenzo.
Una placa situada en la esquina, por el lado de la calle Sierpes, recoge dicho acontecimiento.

La placa dice, literalmente:
EN ESTE EDIFICIO, SIENDO ENTONCES
IGLESIA DEL COLEGIO DE SAN ACASIO DE
PADRES AGUSTINOS, RESIDIÓ LA HERMANDAD
DE NUESTRO PADRE JESÚS DEL GRAN PODER
Y MARÍA SANTÍSIMA DEL MAYOR DOLOR Y
TRASPASO DURANTE LOS AÑOS 1.696 A 1.703.
EL REAL CÍRCULO DE LABRADORES,
PARA PERPETUA MEMORIA, RECUERDA QUE
AQUÍ, DURANTE SIETE AÑOS, TUVO SU CASA Y
RECIBIÓ EL CULTO Y LA DEVOCIÓN POPULAR
EL SEÑOR DE SEVILLA.
ABRIL DE 2001
Comercios tradicionales de la calle Sierpes
Comercios emblemáticos del siglo XIX persisten a día de hoy con la misma actividad con la que iniciaron su actividad, como son la confitería "La Campana" inaugurada el día 1 de noviembre de 1885 por el sevillano D. Antonio Hernández Merino y que luce un escaparate con la indicación de "PROVEEDOR DE LA CASA REAL"

O la "Papelería Ferrer" que fue inaugurada en 1856 y que es la papelería más antigua de España y la tercera más antigua de Europa con un origen muy curioso, ya que fue inaugurada por la familia Ferrer cuando perdieron el barco que les llevaba a Venezuela donde se marchaban para iniciar una nueva vida y tuvieron que quedarse en Sevilla .
En la actualidad es la quinta generación de esta familia quienes regentan esta maravillosa papelería y decimos maravillosa porque entrar en ella es como entrar en un Museo por la variedad y la imagen de los artículos expuestos en su interior.

Entre los comercios que fueron famosos en la ciudad, pero que desaparecieron podemos citar:
- Los almacenes “El Águila” pioneros en la instalación del primer ascensor en un comercio sevillano y que estaban ubicados en la esquina con calle Jovellanos donde hoy hay un comercio de ropa (Cuentan que los sevillanos iban a este comercio, no para comprar, sino para montarse en el ascensor),
- La armería "Deportes Z" de D. Zacarías Zulategui en la esquina con calle Rivero y que tenía un azulejo (Que afortunadamente aún existe a día de hoy) que ocupaba toda la fachada de la esquina,
- "Librería Sanz", "Papelería Padura" o "Papelería Eulogio de las Heras" formaron parte de la vida sevillana durante finales del siglo XIX y buena parte del siglo XX.

Hubo también edificios de ocio para los sevillanos, tales como el Teatro-Cine Palacio Central (Hoy comercio de ropa), el Cine Llorens (Hoy cerrado, tras haber albergado durante varios años una casa de juegos y tragaperras) o el Teatro Imperial (Hoy una excelente biblioteca que rescató el uso del edificio).
En la calle Sierpes podemos ver en la actualidad los edificios en los que residen varias instituciones sevillanas tales como el Círculo de Labradores y Ganaderos, el Círculo Mercantil e Industrial o el Círculo Militar.
Azulejos
Al igual que hemos comentado la placa de mármol que hay en la esquina con la calle Pedro Caravaca en el que se recuerda la iglesia de San Acacio, a lo largo de la calle podemos contemplar algunos azulejos en los que se recuerdan a personas o lugares que estuvieron situados a lo largo de la misma.
Vamos a hablar de algunos de ellos.
A unos 50 metros de la Plaza de la Campana, la calle tiene un ensanchamiento en el cual podemos ver dos de estos azulejos, uno en el lateral de un comercio de óptica y el otro sobre la fachada de la relojería "El Cronómetro", establecimiento fundado en Sevilla en 1901.
El primero de estos azulejos dice textualmente:
EN ESTE LUGAR, EN OTRO TIEMPO CONVENTO
DE PASIÓN, TUVO SU OFICINA ARTÍSTICA
D. VICENTE MAMERTO CASAJÚS Y ESPINOSA
INTRODUCTOR EN SEVILLA DE LA LITOGRAFÍA - 1838 - Y DEL
DAGUERROTIPO - 1842 (Según M.A. Yáñez Polo y M. Márquez de Castro).
LA ASOCIACIÓN SIERPES Y LA SOCIEDAD DE HISTORIA DE LA
FOTOGRAFÍA ESPAÑOLA, ACORDARON LA COLOCACIÓN DE ESTA
PLACA CON OCASIÓN DEL
1º CONGRESO DE HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA ESPAÑOLA
Sevilla, 1 Junio 1986
Este sevillano (1802 - 1864) introdujo en Sevilla, en los años que se indica, la litografía (Procedimiento consistente en trazar un dibujo o un texto sobre una piedra de tipo calcáreo o sobre una plancha metálica) y también el daguerrotipo (Procedimiento fotográfico mediante el cual la imagen se formaba sobre una placa metálica, normalmente de cobre plateado. No tuvo mucho éxito por lo laborioso y lento del proceso).

El otro azulejo (Sobre la fachada de la relojería) dice literalmente:
EN ESTE LUGAR ESTUVO SITUADO
EL JARDÍN BOTÁNICO MEDICINAL DE
NICOLÁS MONARDES ALFARO (1493 - 1588)
SEVILLANO UNIVERSAL E INTRODUCTOR DE
LA MATERIA MÉDICA AMERICANA EN EUROPA.
EL EXCMO. AYUNTAMIENTO ACORDÓ LA
COLOCACIÓN DE ESTA CERÁMICA EN
EL IV CENTENARIO DE SU MUERTE.
SEVILLA, 10 OCTUBRE 1988

Este insigne sevillano (1493 - 1588), médico, humanista, escritor, tuvo un jardín botánico en la ubicación donde está situada la placa en el que estudió y cultivó numerosas plantas desconocidas en Europa, pero que llegaban a Sevilla a través de las flotas que arribaban desde la recién descubierta América, plantas tales como el tabaco, la pimienta, la canela o el maíz.
Estos estudios le sirvieron para escribir y publicar numerosos libros
Si seguimos avanzando por la calle, a la altura de la calle Cerrajería, frente a la entrada de dicha calle hay un nuevo azulejo en el que se dice:
RECUERDO DEL HERMANAMIENTO ENTRE
SCHADOWSTRASSE DE DÜSSELDORF
Y LA CALLE DE LAS SIERPES
DE SEVILLA CUYO PROTOCOLO
SE FIRMÓ EN ALEMANIA
EL 31 DE AGOSTO DE 1991.
SEVILLA, MARZO 1992
AÑO EXPOSICIÓN UNIVERSAL

Por último, mencionaremos otro azulejo, este sobre la fachada del edificio del Círculo Mercantil e Industrial en el que se dice:
EL PRÍNCIPE DE LOS INGENIOS ESPAÑOLES
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
CITA REPETIDAS VECES EN SUS OBRAS LA CALLE DE LA SIERPE.
Y EN ELLA LA CÁRCEL REAL
Y LA CASA DE PIERRES PAPÍN.

Cabe comentar que Pierres Papín es un personaje ficticio que aparece en un libro de Cervantes titulado "El rufián dichoso" en el que ubicaba en el lugar donde están las instalaciones del Círculo Mercantil e Industrial una casa de naipes regentada por un jorobado llamado Pierres Papín.
La Cárcel Real
Mención aparte merece la Cárcel Real la cual estuvo ubicada cerca de la Plaza de San Francisco.
El edificio inicial estuvo ocupado desde 1248, año de la conquista de Sevilla, por una familia de moros que se quedaron en la ciudad tras la conquista y que lo convirtieron en un auténtico Palacio.
Cuando estas personas volvieron a su país de origen el edificio fue adquirido por el ayuntamiento de la ciudad para ubicar en él una cárcel.
A esta institución se la dotó de agua potable a partir de una canalización que se hizo de una fuente que había en la Plaza de San Francisco y que recibía el agua de un ramal de los famosos Caños de Carmona.
En esta institución estuvieron presos el escritor Mateo Alemán, el imaginero Juan Martínez Montañés o el escritor Miguel de Cervantes Saavedra del que se dice que inició la escritura de su obra "El Quijote" en el interior de esta cárcel mientras se demostraba su inocencia, ya que su ingreso en la cárcel se produjo porque fue acusado de quedarse con dinero de los impuestos que recaudaba para Felipe II cuando se montaba la expedición de la Armada Invencible, aunque posteriormente se demostró que todo fue un error de sus ayudantes al hacer las anotaciones contables en los libros pertinentes, razón por la que fue exonerado y liberado.
Un azulejo que recrea una pintura de Gonzalo Bilbao en la que representa la puerta de entrada a la cárcel puede ser admirado en la fachada del edificio por la calle Sierpes, a la izquierda de la fachada. Reproducimos foto del mismo.

En la parte derecha de esta misma fachada hay una placa de mármol, hoy de difícil lectura por el deterioro de muchos de los caracteres que hay en la misma.
No obstante, su texto literal es:
EN EL RECINTO DE ESTA CASA, ANTES CÁRCEL REAL
ESTUVO PRESO (1597 Y 1602)
MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA
AQUÍ SE ENGENDRÓ PARA ASOMBRO Y DELICIA DEL MUNDO
EL INGENIOSO HIDALGO D. QUIJOTE DE LA MANCHA
LA REAL ACADEMIA SEVILLANA DE BUENAS LETRAS
ACORDÓ PERPETUAR ESTE GLORIOSO RECUERDO.
AÑO DE MCMV
Esta institución carcelaria estuvo en funcionamiento hasta el 3 de Julio de 1837, fecha en la que fue necesario efectuar el traslado de la misma porque se había quedado pequeña.
El traslado fue a un nuevo edificio que se construyó sobre lo que fue el Convento del Pópulo, que estaba situado entre las calles Pastor y Landero, Almansa, Genil y Arenal.
El edificio fue derribado en 1847 por el estado del mismo construyéndose un edificio nuevo en su lugar. Hoy, dicho edificio es sede de una entidad bancaria.
Por último cabe mencionar que la calle Sierpes es paso obligado de todas las Hermandades de la Semana Santa sevillana, las cuales deben discurrir obligatoriamente por ella en su camino hacia la Santa Iglesia Catedral, para realizar sus respectivas estaciones de penitencia.
A lo largo de todo el trayecto el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla instala sillas que se alquilan para ver el discurrir de las Hermandades.
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