Descubriendo los secretos del Palacio Renacentista en el Real Alcázar de Sevilla

A continuación vamos a proseguir nuestro recorrido por los Palacios que componen el magnífico conjunto monumental que conocemos como los Reales Alcázares de Sevilla, tras los dos artículos ya publicados en este mismo blog en los que hemos escrito sobre el Palacio Mudéjar y el Palacio Gótico, descubriendo los secretos de los mismos ("Descubriendo los secretos del Palacio Mudéjar en el Real Alcázar de Sevilla" y "El Palacio Gótico del Real Alcázar de Sevilla").

Hoy vamos a escribir sobre la edificación más moderna que podemos visitar en los Reales Alcázares, edificación de estilo renacentista puro, auténtico y cuyo origen está en la decisión de los Reyes Católicos en el año 1503 de crear en Sevilla la Casa de Contratación de Indias para que fomentara, regulara y controlara todo lo relacionado con los territorios españoles en Ultramar.

Hablamos del Palacio Renacentista.

El Palacio Renacentista en el Real Alcázar de Sevilla

          No hay que olvidar que tras el descubrimiento de América los Reyes Católicos eligieron Sevilla no sólo porque en ese momento era el segundo centro urbano más importante de la Península, tras la ciudad de Lisboa, sino también porque Sevilla era una ciudad muy relacionada y unida a la Corona Real española desde 1248 cuando la ciudad fue tomada por las tropas de Fernando III, mientras que en el resto de Andalucía la influencia de las casas nobiliarias por delante de la influencia de la Corona era más que notable.

Asimismo, otro factor que “habló” a favor de Sevilla era la existencia de un puerto en el interior de España lo que la prevenía de posibles ataques de corsarios o piratas, ataques a los que estaban más expuestas las ciudades costeras.

La posición geográfica de Sevilla en el centro del Valle del Guadalquivir, más sus 65.000 habitantes (Cálculo estimativo de la época), fueron los factores que decidieron la balanza en favor de la ciudad sobre otras ciudades candidatas.

Fachada de la Casa de Contratación
Fachada de la Casa de Contratación

La Casa de Contratación inicial era un edificio que, en el siglo XVI, iba desde la actual Plaza de la Contratación (Donde estaba la fachada principal) hasta el actual Patio de la Montería en el interior de los Reales Alcázares.

Son tres las habitaciones que podemos visitar en la planta baja de los Reales Alcázares de esta antigua Casa de la Contratación (La Sala de los Abanicos, la Sala del Almirante y la Sala de las Audiencias) y cuyas particularidades vamos a describir.

No obstante y además de estas tres habitaciones incluiremos también en este artículo el apeadero que se construyó en el siglo XVII y a través del cual, a día de hoy, se sale a la calle tras la visita a los Reales Alcázares.

Sala de los Abanicos

Es una habitación rectangular a la que se accede a través de un pequeño patio con una fuente, anexo al Patio del León, o bien desde la Sala del Almirante (A esta Sala se accede desde el Patio de la Montería).

          En las paredes laterales (Lados más largos del rectángulo) podemos ver en la de la derecha (Entrando desde el Patio del León) una colección de 37 abanicos que fueron donados a la ciudad de Sevilla por Doña Gloria Trueba Gómez en 1997. 

Sala de los Abanicos 1 De Sevilla...Lo Mejor!
Sala de los Abanicos

Podemos admirar abanicos de los siglos XVIII, XIX y XX de muchas partes del mundo, confeccionados con los más diversos materiales.

Especialmente curiosos (A juicio del escritor de este artículo) son tres de ellos: Uno que podemos ver en la primera de las vitrinas que nos encontramos al entrar desde donde hemos indicado en el que hay un abanico italiano de nácar con un anillo a juego, el cual se indica que tiene un receptáculo para veneno (Como los que se ven usar en el cine).

En la última de las vitrinas, antes de entrar a la Sala del Almirante están los otros dos abanicos que consideramos especialmente curiosos, ya que uno de ellos es un abanico que se entregaba solamente a los invitados a la boda de D. Alfonso XII con Doña María de las Mercedes y el otro era un abanico que se le entregaba a los invitados a las fiestas que los Duques de Montpensier celebraban en el Palacio de San Telmo (Lleva la leyenda "SAN TELMO" escrita en él), con la particularidad de que a cada mujer que acudía a la fiesta se le entregaba como regalo un abanico del mismo color del vestido que llevaba la mujer.

Abanico con anillo de veneno a juego
Abanico con anillo de veneno a juego
Abanico de las fiestas de San Telmo
Abanico de las fiestas de San Telmo

En la pared de la izquierda podemos ver un cuadro de grandes dimensiones (Casi 10 metros) en el que aparece representado el Santo Entierro que se celebró en Sevilla el 14 de Abril de 1854, donde aparece toda la Pasión de Cristo de forma cronológica con diferentes pasos de la época (15 en total).

Merece la pena visitar este Palacio solo por ver este cuadro y nos explicamos: Fue mandado hacer por el Duque de Montpensier, mecenas e impulsor de la Semana Santa sevillana durante los años que este Duque vivió en el Palacio de San Telmo y como en aquella época no había fotografías, cámaras ni nada que se le pareciera, lo que mandó hacer el Duque fué este ciclorama, el cual fué comprado por un anticuario sevillano en la casa de subastas Sotheby's en el año 1992, siendo posteriormente adquirido por el Ayuntamiento de Sevilla por la cantidad de cinco millones de pesetas.

Es una pieza única que recomendamos ver en visita a este Palacio.

A esta procesión, organizada y patrocinada por el citado Duque de Montpensier, cuenta la historia que asistieron las Infantas de España. 

Abandonamos la Sala de los Abanicos y entramos en el Salón del Almirante.

Salón del Almirante

Debe su nombre a que en este salón estuvo ubicado el Tribunal del Almirantazgo de Castilla

Sala del Almirante
Sala del Almirante

Posteriormente fue decorado con pinturas de temática histórica (Personas relacionadas con la realeza, como Fernando VII ó Isabel II) del siglo XIX y principios del siglo XX.

Hoy en día es una sala de conferencias.

 En este salón fue inaugurada la Exposición Iberoamericana de 1929, hecho que se conmemora con un cuadro del pintor sevillano Alfonso Grosso (1893 - 1983) en el que se ve a los Reyes de España, D. Alfonso XIII y Doña Victoria Eugenia de Battenberg en la ceremonia de inauguración. 

Cuadro de Alfonso Grosso
Cuadro de Alfonso Grosso

También tenemos que mencionar un cuadro de grandes dimensiones del pintor sevillano Virgilio Mattoni de la Fuente (1842 - 1923) titulado "Las postrimerías de Fernando III" cuadro que fué pintado en el año 1888 como se atestigua en una inscripción que se puede leer en el margen inferior izquierdo del cuadro.

En el mismo, se puede ver al Rey Fernando III con hábito de penitente, de rodillas, sostenido por dos personas, tras haber renunciado a los poderes terrenales (En el suelo, sobre un cojín, están la corona, el cetro real y la espada) recibiendo la extremaunción del Arzobispo Don Remondo, previo a la muerte del Rey (El Rey Fernando III murió el 30 de Mayo de 1252).

Cuadro de Virgilio Mattoni
Cuadro de Virgilio Mattoni

Sala de Audiencias

  Esta Sala se comunica con la anterior a través de una puerta lateral. 

 Es una sala cuadrada en la que se reunían en su momento cartógrafos y oficiales marítimos, para cuyas reuniones se sentaban en una grada corrida que hay a lo largo de toda la habitación. 

Esta sala se convirtió en capilla en el siglo XVI, para lo que se instaló un altar con un retablo en el que podemos admirar un cuadro del pintor sevillano Alejo Fernández (1475 - 1545), en el que se representa a la Virgen de los Mareantes o del Buen Aire, la cual aparece vestida con una saya blanca y con un manto azul bajo el que protege a navegantes famosos como Cristóbal Colón o Américo Vespuccio entre otros, aunque también aparece representado el Emperador Carlos I y habitantes nativos de América para indicar la protección universal de la Virgen. 

Virgen de los Mareantes
Virgen de los Mareantes

De este cuadro se dice que es el cuadro más antiguo que se conserva en el que se pueden ver pintadas las tres carabelas de Cristóbal Colón, la "Santa María", la "Pinta" y la "Niña".

A los lados del cuadro se pueden ver unos cuerpos laterales en los que aparecen reflejados San Sebastián y Santiago Matamoros a la izquierda y San Telmo y San Juan Evangelista a la derecha.   

 En el techo se puede admirar un maravilloso artesonado de madera, que tiene una estética claramente musulmana, con diversos motivos alternados, todo en una maravillosa policromía dorada. 

Techo de la Sala de Audiencias De Sevilla...Lo Mejor!
Techo de la Sala de Audiencias

También hay que mencionar que a lo largo de las paredes de toda la sala aparecen, ordenados cronológicamente, unos escudos de armas que pertenecen a los Almirantes de la Mar de Castilla desde el año 1254 (Lope de Mendoza) hasta el año 1492 (Enríquez de Cabrera), año en el que el título cambió de denominación y pasó a ser el de Gran Almirante de la Mar Océana siendo la primera persona que lo ostentó el descubridor de América, Cristóbal Colón, cuyo escudo no figura cronológicamente como todos los demás, sino que está situado frente por frente al cuadro de la Virgen de los Mareantes, con el lema que le otorgaron los Reyes Católicos: "A Castilla y a León, nuevo reino dió Colón".

Hay que decir que la primera persona que ostentó el título de Almirante de la Mar de Castilla fue Ramón Bonifaz y Camargo (1196 - ?), burgalés de nacimiento, al que le fué concedido dicho título no sólo por ser el creador de la Marina Real de Castilla, sino porque fué la persona que con los voluntarios santanderinos del ejército de Fernando III consiguió romper, el día 3 de Mayo de 1248, la cadena que sobre unos barcos habían montado los defensores de la ciudad a la altura de la Torre del Oro, cerrando el acceso por el Guadalquivir, en el que se considera uno de los más grandes enfrentamientos de la toma de la ciudad, logrando de esta forma que el ejército real pudiera acceder a la parte más débil de las murallas que defendían la ciudad, en lo que hoy es el barrio del Arenal, con lo que se consiguió una más rápida capitulación de la misma.

Tenemos que decir que como consecuencia de este hecho y en homenaje al valor demostrado por los marinos santanderinos, desde aquella época en el escudo de la ciudad de Santander aparece la Torre del Oro de Sevilla con una carabela y una cadena rota bajo la misma, como recuerdo de la gesta de los santanderinos que permitieron romper la cadena en 1248.

El escudo se completa con las caras de San Emeterio y San Celedonio, dos soldados romanos que profesaban la fé cristiana y que murieron  martirizados para que abjuraran de dicha fé, en el siglo III.

Escudo de Santander
Escudo de Santander

Apeadero

Como ya hemos escrito al principio, vamos a incluir el apeadero en este artículo, aunque es una estancia separada totalmente del Palacio Renacentista (Prácticamente en extremos opuestos), dado que fué realizado en el siglo siguiente al Palacio Renacentista que hemos estado describiendo (Ya hemos dicho que éste se inició en el siglo XVI), concretamente en el siglo XVII y fué mandado realizar por el tercer Rey de la Casa de Austria en España, Felipe III, hijo de Felipe II. 

Al entrar en este espacio, nos encontramos en un espacio rectangular dividido en tres naves, una central de anchura doble de las dos naves laterales.

En este lugar se encontraban las antiguas caballerizas de los Reales Alcázares, pero en el siglo XVII fueron remodeladas por el arquitecto Vermondo Resta (1555 - 1625) eliminando el uso del cuidado de caballos, para convertirlo en un espacio donde se apeaban los visitantes de sus carruajes. 

Apeadero
Apeadero

También hay que decir que el uso indicado de apeadero fue modificado durante el llamado "lustro real" (1729 - 1733), tiempo de cinco años en los que Sevilla fue capital de España por establecer la Corte Real en la ciudad el Rey Felipe V, primer Rey de la Casa de Borbón en España, ya que este Rey convirtió el apeadero en armería. 

En la pared del fondo de este apeadero podemos admirar un magnífico retablo de finales del siglo XVII en el que se representa la presentación de la Virgen María en el Templo de Jerusalén.

Retablo del apeadero
Retablo del apeadero

La puerta de salida presenta en su parte exterior, de cara al Patio de Banderas, el escudo de armas de Felipe V, en una preciosa puerta de estilo manierista y que también fue diseñada por Vermondo Resta.

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  1. Avatar de Albert Albert dice:

    Excelente trabajo..muy util para hacer la visita por tu cuenta

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