Historia viva de Sevilla paseando por sus calles (Parte 3)
En este mismo blog se pueden leer dos artículos sobre curiosidades de la historia de Sevilla que puedes ver simplemente con pasear por sus calles. Los títulos de dichos artículos son: "8 Curiosidades de Sevilla que puedes ver paseando por sus calles" y "5 Curiosidades de Sevilla que puedes ver paseando por sus calles (Parte 2)".
Hoy vamos a continuar con estos temas.
AZULEJO DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO
En la Plaza Cristo de Burgos, en el casco histórico de la ciudad y muy cerca de la Plaza de Encarnación, se encuentra la Iglesia de San Pedro, iglesia en la que, como parte de su historia particular, fue bautizado el gran pintor sevillano Diego de Silva Velázquez en el año 1599.
Sin embargo, no vamos a hablar de la historia de esta iglesia de estilo gótico-mudéjar construida en el siglo XIV, sino que nos vamos a detener en un retablo cerámico de azulejos que hay en la calle, a la derecha de la puerta de entrada.
Este retablo es conocido como el Retablo de la Ánimas Benditas del Purgatorio y en él se representan dicha ánimas esperando que algún cristiano dé una limosna para que el alma pueda ser llevada al Paraíso, donde las recibe el apóstol San Pedro que la lleva ante la presencia de Jesucristo, el cual está en la parte superior del retablo.
En este retablo se pueden ver a los ángeles sacando del Purgatorio algunas almas y subiéndolas al Cielo. Curiosa es la presencia de una figura con tiara papal entre las llamas.
Al pie del retablo podemos leer la leyenda:
TENED COMPASIÓN DE MÍ
AL MENOS VOSOTROS MIS AMIGOS
La iniciativa de la colocación de este retablo corresponde a la Hermandad Sacramental ubicada en esta iglesia colocándose el azulejo en este lugar en el año 1960, pintado por el ceramista Juan Oliver Míguez. Realmente es una copia del cuadro, idéntico, que hay en el interior de la Capilla de la Hermandad Sacramental y que fue pintado por el pintor sevillano Domingo Martínez (1688 - 1749).
Este retablo contiene una curiosidad ya que el pintor ceramista pintó en un lugar del mismo un pajarito, generándose en Sevilla la leyenda de que si querías casarte en breve espacio de tiempo debías encontrar en el retablo el citado pajarito y dejar una limosna.
De hecho, en el año 2008, se colocó una cerámica en la pared, debajo del retablo donde podemos leer:
"Soy de la Sacramental
El artista me pintó
Y puso aquí un pajarito
- que es su forma de firma -
Oculto en un rinconcito.
Todo aquel que lo encontró
Dió su limosna al pasar
Y a las Ánimas rezó
Si se quería casar
Siempre y pronto lo logró".
Pruebe a encontrarlo. Pista: Es un jilguero.
BARRIO DE LOS HUMEROS
(Con mi agradecimiento a mi prima Charo, por su aportación para este artículo)
A la altura de la Calle San Laureano, más o menos donde estuvo situada una de las puertas más importantes de la antigua muralla de la ciudad, la llamada Puerta Real, así llamada porque fue la puerta por la que entró a la ciudad de Sevilla en el año 1570 el Rey Felipe IIº (Esta puerta fue demolida en 1862 y sus restos fueron llevados al cementerio de San Fernando para construir una nueva puerta de entrada al mismo, proyecto que nunca se materializó. Más información sobre este tema se puede encontrar en un artículo de este mismo blog titulado "Las puertas principales de la muralla de Sevilla"), podemos ver los dos azulejos de las fotografías siguientes.
La primera de las fotos representa a la Virgen del Rosario y la segunda es un retablo de azulejos en el que podemos leer:
"A LA MEMORIA DE AQUELLOS VECINOS QUE PROFESARON SU DEVOCIÓN A LA STMA. VIRGEN DEL ROSARIO, PATRONA DE ESTE ARRABAL DE LOS HUMEROS, EN EL CCCXXV ANIVERSARIO DE LA CELEBRACIÓN DEL PRIMER ROSARIO PÚBLICO DE LA HERMANDAD. 7 DE OCTUBRE DE MMXVI"
Este arrabal (Arrabal = Barrio) era llamado de los "humeros" porque en esta zona de la ciudad era donde se ahumaba el pescado que se llevaban los barcos que hacían el camino de las Indias. El humo que había de forma permanente en la zona hizo que los sevillanos le dieran el nombre de "Barrio de los humeros".
Estos pescadores fundaron en el siglo XVII la congregación o hermandad de los humeros, cuyos titulares eran el Santo Cristo de la Paz y Nuestra Señora del Rosario, levantando una pequeña capilla que hoy en día aún se conserva y que se terminó de construir en 1761. Procesionan el 12 de Octubre realizando un recorrido por el interior del barrio.
VÍAS DE TRANVÍA
Conocido es que Sevilla tuvo durante la segunda mitad del siglo XIX y parte del siglo XX un servicio de tranvías, no solo urbano sino que tenía carácter de interurbano, puesto que conectaba la ciudad con cinco poblaciones cercanas, tales como Coria del Río, La Puebla del Río, San Juan de Aznalfarache, Camas y Gelves.
Los tranvías comenzaron a circular por la ciudad arrastrados por mulas en el año 1887 y tenían su parada principal en la actual Plaza de San Francisco.
Con la llegada a Sevilla de la electricidad se inicia un proceso de electrificación de las seis líneas que existían en ese momento en la ciudad, dejando las mulas de lado en el año 1899 en el que ya empezaron a circular movidos por la fuerza eléctrica.
Estos tranvías eléctricos provocaron grandes problemas en la ciudad ya que los recorridos discurrían en su mayoría por calles estrechas causando graves problemas con los peatones.
La mala gestión de la compañía, los graves problemas laborales con sus empleados (Huelgas denunciando sobreexplotación, bajos salarios), los frecuentes problemas en los servicios (Falta de electricidad, descarrilamientos, cortes eléctricos provocados por las lluvias) y la aparición del servicio de autobuses urbanos en 1950, símbolo de modernidad, llevaron a los tranvías sevillanos a un proceso de irreversible caída.
El último trayecto de un tranvía en Sevilla fue realizado el día 18 de Febrero de 1965 y lo efectuó el tranvía 177 que conectaba la ciudad con Coria del Río y La Puebla del Río. Éste tranvía 177 se puede ver en la actual estación de autobuses (Acompañamos foto).
Restos de los recorridos de las seis líneas urbanas que tenían los primitivos tranvías se descubren bajo la capa de asfalto de las calles sevillanas cuando es necesario levantar las mismas para algún tipo de obra.
No obstante, en algunas calles que tienen ladrillos en el pavimento en lugar del asfalto, se pueden ver restos de las antiguas vías que se han conservado.
Así, en las Calles Hernando Colón (Aquí solo hay una vía, la más cercana a la acera), en la Plaza de San Martín de Porres o en la glorieta de entrada al Cementerio de San Fernando (En estos dos espacios se pueden ver los dos raíles) se pueden ver los raíles de los antiguos tranvías urbanos que circulaban por estos espacios
Una curiosidad sobre la línea que iba al Cementerio de San Fernando: Los vagones estaban pintados de negro y constituían la línea número 13.
CRUCES EN LAS PAREDES
En el barrio de Santa Cruz y más concretamente en la Calle Cruces, esquina con la Calle Ximénez de Enciso, podemos contemplar dos cruces incrustadas en la pared de la calle.
Curiosamente su origen, en contra de lo que se pueda pensar, no es de carácter religioso, sino que su colocación obedece a motivos bastante más materialistas.
Resulta que Sevilla, pese a su importancia en el siglo XVII, no era precisamente una ciudad bien iluminada. Sus calles además de estrechas estaban muy mal iluminadas salvo por pequeños faroles con velas o pequeñas lamparitas de aceite, lo que facilitaba el que los habitantes arrojaran basuras por las calles y también que hicieran sus necesidades en las oscuridades de las calles.
Para intentar evitar estas prácticas, lo que se le ocurrió a las autoridades fue colocar cruces en la paredes de las calles para que los que quisieran incurrir en actuaciones no deseables se lo pensaran ante la presencia de las cruces (No olvidar que estamos hablando del siglo XVII, en el que la Inquisición, con sede principal precisamente en Sevilla, imponía un férreo fervor religioso).
En el año 1868, la Junta Revolucionaria durante la llamada "Revolución Gloriosa" mandó retirar todas las cruces católicas que hubieran en las plazas y calles de Sevilla. Éstas cruces que vemos hoy en día en la Calle Cruces fueron retiradas y guardadas en el cercano Hospital de los Venerables de donde se sacaron para colocarlas en su actual ubicación a mitad del siglo XX, con objeto de recordar el pasado de la ciudad.
RUEDAS DE MOLINO EN LAS FACHADAS
En la Sevilla del siglo XVI las casas se construían de ladrillos ante la ausencia de canteras cercanas que permitieran construirlas en piedra. Esto hacía que, aunque fuertes, no tenían la dureza "anti desgaste" que tendrían las casas construidas en piedra.
Este hecho unido a los hechos de que las calles carecían de aceras y de que las calles eran estrechas provocaba que las ruedas de los carros que circulaban por la ciudad chocaran habitualmente contra las paredes de las casas.
Para proteger los muros se ideó poner en dichos muros ruedas de molino gastadas que ya no servían para su función de molienda en los molinos. Estas ruedas se colocaron a la altura de los ejes de los carros para que el choque no fuera contra la pared sino contra la rueda, aunque tenemos que comentar que en Sevilla y en sitios puntuales se colocaron también en el suelo para reforzar el pavimento (Se puede ver en la entrada de la antigua Fábrica de Tabacos, actual Universidad de Sevilla, en la parte donde hoy está ubicado el Rectorado).
Aparte de las fotos que adjuntamos y que corresponden a las calles Cruces y Ximénez de Enciso en el Barrio de Santa Cruz (Donde más ruedas se pueden ver si paseamos por las calles del Barrio), también quedan casas con estas ruedas en sus muros en las zonas de San Luis, San Marcos y en los alrededores de la Plaza de la Alfalfa.
También te puede interesar otros artículos parecidos a Historia viva de Sevilla paseando por sus calles (Parte 3) en nuestra categoría Qué Ver.
-
Superinteresante el articulo, como siempre. Gracias por la mención, intentaré seguir aportando cositas.
-
Persona enamorada de Sevilla, de ahí su gran artículo
Felicidades Alberto
Deja una respuesta
También te interesa: